Tocar la campana

Escribir es un acto de valentía. En algún momento de tu proceso creativo, seguramente te has detenido a pensar si una escena en tu novela podría herir la sensibilidad de tus lectores. Quizás sea una escena de amor que se torna apasionada, o un momento oscuro en el que las emociones humanas rozan lo más profundo y complejo de la experiencia. Sea cual sea el género que abordes, tarde o temprano te enfrentarás a ese desafío: decidir si tocar la campana o no.

Cuando digo «tocar la campana», me refiero a ese momento en el que debes decidir si te atreves a cruzar los límites que te impones como escritor. Es fácil caer en la trampa de la autocensura, preocupándonos por cómo serán recibidas nuestras palabras. Sin embargo, el arte de contar historias no debe limitarse por las preferencias o los temores de quienes nos leen. Como suelo decirles a mis alumnos de escritura: si vas a tocar la campana, hazlo fuerte.

El proceso creativo de un escritor no puede estar constreñido por la duda o el miedo a la crítica. Escribir implica dar vida a personajes que respiran, sienten, aman y sufren. Estos personajes tienen conflictos personales, pasionales y éticos que deben ser explorados con honestidad. Si un hombre espera a su víctima en un callejón oscuro, el escritor debe describirlo en detalle: su postura, su respiración, sus pensamientos, sus motivaciones. Solo así el lector comprenderá la complejidad del momento y las consecuencias que acarrea.

Tocar la campana significa aceptar que la escritura, como la vida misma, está llena de matices. No todo es blanco o negro, y a veces las historias que contamos desafían las normas sociales, la moral o la ética. Pero ahí reside su poder: en su capacidad de provocar, de cuestionar, de abrir nuevos horizontes.

Un escritor escribe sobre lo que conoce, lo que ama y lo que detesta. No puede permitirse ser timorato ni ceder ante el temor de incomodar. Porque la valentía y el coraje que pongas en tu obra no solo despertarán interés en tu historia, sino que también ganarán el respeto de tus lectores.

Así que, la próxima vez que tengas una historia entre manos, no dudes en tocar la campana. Hazlo fuerte, sin miedo. Porque solo enfrentándote a esos desafíos podrás escribir algo auténtico, algo que realmente deje una huella.

Compartir

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 5 / 5. Recuento de votos: 1

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *