La poesía constituye un esfuerzo denodado por hallar la expresión más íntima, demostrando la difícil transferibilidad de la experiencia “acto de hacer, construir o confeccionar”. Muchos me reprochan la falta de eso que ha venido a llamarse compromiso.
Creo que el reproche no es totalmente justo, aunque debo reconocer que hubo un tiempo que ni conmigo mismo estuve comprometido quedando en mí un cúmulo de frases descoyuntadas, de palabras rotas, de letras perdidas sin afán de conseguir ser conocido, sino aclamado en mi interior. Fuera del egoísmo, de ser tal cual soy; mi ahora, y gran misión es salvar al lector de lo que canto y consagro lo que consagra mi puño luchando por la posesión de vuestras almas.
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