Corazón puro

El corazón puro habita en todos los niños, es un sello, una garantía de que ese espíritu está limpio aún.

El odio, la envidia o el rencor, aun no se han podido instalar en ese templo, por eso un niño perdona con facilidad.

Vive totalmente en el presente, es aventurero, curioso y permanentemente hace preguntas desde su mágica ignorancia. Toda la información que recibe es absorbida al igual que lo hace una esponja, así como lo escuchado, jamás lo olvidará.

Para un niño todos somos sus amigos, porque la maldad y el orgullo tampoco habitan en su ser. Una sonrisa en el rostro de un niño refleja honestidad, inocencia y bondad.

Hace mucho tiempo decidí escribir para ese corazón puro, cada historia que escribo está impregnada de mensajes de amor, de amistad y de buenas costumbres. Siempre imagino que ese libro pueda servir de refugio a esa imaginación, que los personajes que viven en él, puedan divertirlos, guiarlos y hacerles pensar que también ellos podrán ser héroes en la vida real.

Los corazones puros son los guardianes de la magia, ellos y solo ellos pueden imaginar sus propias aventuras dentro de la aventura que vive en ese libro.

Los corazones puros son la esperanza, y es por eso que debemos educarlos, protegerlos, enseñarles que el mal también existe y por sobre todas las cosas que solo de ellos depende su futuro.

Un libro en las manos de un corazón puro es una espada, un camino…la esperanza.

Decidí escribir para ellos, porque en cada corazón puro habita todo un universo esperando ser descubierto.

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