Las pequeñas historias que dan vida a una gran novela
Cuando me preparo para escribir mi próxima novela, siempre busco lo que hay detrás de la historia principal. Hay elementos que no están a la vista, pero que son fundamentales para la estructura de la narrativa. Con el tiempo, he aprendido que detrás de una gran historia se esconden las pequeñas historias de los personajes secundarios, esas que adornan y fortalecen el arco dramático de los protagonistas.
Cada personaje, incluso aquellos que solo tienen unas pocas líneas, puede aportar una riqueza inesperada a la trama. Un claro ejemplo de esto es el botones de mi novela “Secreto Paraíso”. Este personaje cubano, que trabaja en un hotel en Miami Beach, ha anhelado ser espía toda su vida. Su carácter alegre y jocoso brinda un toque de humor en medio de una narrativa cargada de drama.
Es esencial ofrecerle al lector un respiro, especialmente cuando la lectura puede tornarse densa por diálogos extensos o situaciones emocionales intensas. Aquí es donde los personajes secundarios desempeñan un papel crucial, sirviendo como una ventana por la que el lector puede respirar y continuar explorando las profundidades de la historia.
Al escribir, es importante buscar ese equilibrio. Crear un balance entre las tensiones de la trama principal y los momentos más ligeros que ofrecen diversidad y dinamismo. Estas pequeñas historias no solo enriquecen la narrativa, sino que hacen que la lectura sea más amena y memorable.
Así que, al embarcarte en el viaje de escribir tu novela, no subestimes el poder de los personajes secundarios. Ellos pueden proporcionar el aliento necesario que mantiene a tu lector enganchado, invitándolo a navegar en la complejidad de tu mundo literario.
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